Depresión

DEPRESIÓN:

 

Depresión
Estado depresivo

La depresión, del latín “depressio”, significa opresión, encogimiento o abatimiento.
Es un trastorno del estado de ánimo, ya sea desde el punto de vista de la psicología o desde el punto de vista de la psiquiatría, pero siempre dentro del ámbito de la psicopatología.
Según el modelo médico, la psiquiatría  la describe como un trastorno del estado de ánimo y su síntoma habitual es un estado de abatimiento o infelicidad que puede ser transitorio o permanente.
Su origen es multifactorial, pero básicamente se la puede dividir en dos grandes apartados (para hacerlo breve, pues hay muchísima información al respecto)

      – Depresión exógena o reactiva: es la respuesta normal en intensidad o duración a conflictos, disgustos, o tragedias personales. Es una reacción normal en su origen, que se sale de su cauce y desarrollo normales. Por ejemplo, tras la muerte de un ser querido, trascurridos varios años, no se permite el mínimo cambio ni uso en la habitación del mismo y casi ni entrar en ella.

Depresión
Depresión por la pérdida de un ser querido

      – Depresión endógena: se supone que no procede de la influencia de disgustos o conflictos, sino de una alteración de ciertos componentes del sistema nervioso central, concretamente de las concentraciones de ciertas sustancias de los neurotransmisores (serotonina y norepinefrina).

Pero, respecto a esto último, es crucial saber que tenemos otro cerebro en el intestino. El Dr. Michael D.Gershon, autor del libro ”El segundo cerebro”, dice en un párrafo: ”El sistema nervioso entérico (intestinal) es un gran almacén químico, en el que están representadas todas y cada una de las clases de neurotransmisores que operan en nuestro cerebro”.

Nuestro segundo cerebro está alojado en nuestros intestinos

Gershon explica que en las reacciones habituales del organismo, como los nervios que se reflejan en una gastritis, o la sensación de ansiedad, depresión, síndrome de irritabilidad, hemorroides, úlcera y hasta Parkinson, manifiestan síntomas, tanto a nivel  cerebral como intestinal.

Un síntoma en un cerebro, repercute en el otro. Los antidepresivos por ejemplo, causan problemas gástricos porque aportan hormonas que el cuerpo libera cuando está en situación de lucha.
El estrés también sobre estimula nervios del esófago, y causan así, las sensaciones de ahogo que experimentan muchas personas en los ataques de pánico.

No es sorprendente que haya relación entre lo emocional y lo físico, pero ahora se tienen bases sólidas para pensarlo.
Ambos  cerebros usan el mismo “hardware” para ejecutar programas distintos.

producción de serotonina
La serotonina se aloja mayoritariamente en nuestros intestinos.


La serotonina de todo nuestro cuerpo, crucial para la sensación de bienestar, está alojada en un 95% en el intestino.

Algunos están estudiando la posibilidad de que en esta situación, quede encuadrada la Depresión Postparto.

Los experimentos se multiplican y una nueva puerta se abre en términos de cómo curar el cuerpo y el alma a la vez.

Tratamiento: Junto a los medicamentos homeopáticos y fitoterapia, asociamos la Medicina Microbiológica en este segundo apartado de las depresiones endógenas.